¿Y si no hubiese encontrado las llaves?

Fue un viaje de lo más angustioso. Había salido de casa de mis padres en dirección a Madrid. Casi 6 horas de viaje sin paradas. Ya estoy acostumbrado pero esta vez algo pasó justo después de subir al autobús que me inquietó. Miré el bolsillo derecho del pantalón y no encontré las llaves. “La fastidié”, pensé. Es muy raro que yo pierda algo pero en esta ocasión empecé a agobiarme pensando que había dejado las llaves en casa de mis padres.

Lo primero que hice fue llamar a mis padres para comprobar si las había dejado allí. No las encontraron por ningún lado. Ya se empezaron a asustar creyendo que no iba a poder entrar en casa. Mientras tanto empecé a buscar cerracejero urgencia en madrid. Nunca he tenido que llamar a un profesional de este tipo porque hasta ahora no había tenido ningún problema tanto de pérdida de llaves ni con la cerradura. Pero siempre hay una primera vez…

Después pensé en algún amigo que pudiese dejarme pasar la noche en su casa en caso de que finalmente no encontrase las llaves. Al ser vacaciones, solo estaba uno en Madrid, pero debía trabajar esa noche y no iba a poder ayudarme. También valoré la posibilidad de dormir en un hotel. Era la opción más indicada en caso de que no pudiera entrar en casa ese día.

Y es que mirando cerracejero urgencia en madrid, me di cuenta que si se avisa con tiempo, el precio del servicio es muy inferior. Como iba a llegar bastante tarde a casa y además era día de fiesta, el coste iba a ser muy superior. Casi me salía más a cuenta dormir en un hotel barato esa noche y abrir la puerta al día siguiente. Otra opción era contactar con el dueño del piso, pero no me apetecía nada meterle en el ajo.

Así fue el viaje en autobús, haciendo cábalas todo el rato y pensando en opciones. Cuando ya estaba cerca de llegar a Madrid me acordé de que quizás había metido las llaves en la maleta. Nunca lo hago, pero no recordaba haber visto las llaves de la casa de Madrid en ningún momento. Y así fue, al final las llaves estaban en un bolsillo de la maleta. Respiré tranquilo… y mis padres también.

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