El otro día estuve echando un vistazo a un periódico económico, de esos de las páginas color salmón, y me sorprendí con la cantidad de veces que dos palabras aparecían en los titulares de las noticias, artículos o columnas de opinión: digital e innovación. Todo era bla bla bla, digital e innovación, no importaba que hablasen de una cadena hotelera o de una empresa dedicada a la fabricación de aceite: todo muy digital y muy innovador.
Mirando a mi alrededor tampoco veo tanto digital y tanta innovación, sí que veo a todo el mundo con el cuello en posición antinatural mirando las pantallas de sus móviles, pero más allá de eso, no sé… Yo también quiero que todo sea súper innovador, pero que sea algo útil también para el ciudadano de a pie. Por ejemplo, estoy deseando que la tecnología nos ayude a evitar hacer la limpieza del hogar, que un robot limpie por mí y me ayude a ahorrar todas esas horas que dedico a hacer algo tan poco intelectual y creativo como limpiar un inodoro.
Así es que me puse manos a la obra y me dije: “voy a ser innovador yo también, y digital a tope”. Miré productos anunciados en television y me encandiló un robot aspiradora que prometía hacerlo todo él solito, y sin ese ruido tan molesto de las aspiradoras tradicionales. ¿De verdad es imperativo que las aspiradoras produzcan ese ruido infernal? Es el terror de los perros y los resacosos: la aspiradora.
Ahora solo me queda esperar a que el robot llegue a casa y se ponga a limpiar por mí. Es cierto que no se encargará de todas la tareas del hogar, pero algo es algo. Yo sigo atento a los productos anunciados en television para ver si encuentro más avances enfocados a la limpieza del hogar: porque a todos nos gusta tener limpia la casa, pero lo de gastar tiempo limpiando ya no nos gusta tanto…
Desde esta humilde tribuna pido a todos esos emprendedores tan listos, innovadores y digitales que, por favor, diseñen algo para que no tenga que agacharme a limpiar el W.C. que me duele mucho una rodilla. Gracias.