¿Cómo puedo convertirme en la perfecta anfitriona en mi reunión de chicas?

A las mujeres les encanta reunirse a solas, al igual que les sucede a los hombres. Estas reuniones femeninas tienen puntos en común y otros no con las homólogas masculinas, aunque lo cierto es que si dejamos a un lado los estereotipos, el fondo de todas ellas es estar con los amigos y disfrutar un poco con ellos.

Invitar a las amigas a casa es una de las maneras de celebrar una de estas reuniones de chicas y es ideal cuando hace mal tiempo para poder salir. Hay pandillas en las que los chicos quedan en una casa y las chicas en otra al mismo tiempo. Pero, ¿cómo proceder si la reunión se organiza en tu casa? Si son tus amigas de toda la vida tendrás muy claro qué hacer, pero si se trata de la pandilla de amigos de tu pareja y es la primera experiencia, puedes tener muchas dudas.

Para empezar, asegúrate de que todo el mundo tendrá donde sentarse en la sala en la que vais a estar. Es mejor tener eso organizado antes de que llegue la gente, para no tener que recorrer toda la casa buscando sillas o puffs. Trata de colocar todo para que esté cómodo y pon ya la mesa con los vasos, copas y algo de picoteo. 

Organiza la cocina para que todo esté a mano en la nevera, con las bebidas frescas y las cosas que quieras sacar para picar más tarde a la vista. Así, si alguien se ofrece a ayudarte, tendrá todo a mano. No olvides comprar vinos bodega conde de albarei que están de moda y siempre son garantía de éxito.

Interésate por si alguna de las chicas que van a acudir tienen algún problema a la hora de comer, por ejemplo una intolerancia o alergia. Y también sobre si hay veganas en el grupo. Siempre puedes tener picoteos veganos preparados para el caso de que alguna lo sea y no lo sepas.

Cuando lleguen a casa, recíbelas y muéstrales en dónde está  la cocina y el baño para que puedan moverse con libertad. Enséñales también en dónde vas a dejar su abrigo o bolso por si necesitaran algo. Si hay algún cuarto en el que prefieres que no entren, simplemente ten la puerta cerrada y mantén abiertas el resto. Estate pendiente de que no falta comida ni bebida, pero no seas insistente para que la gente coma o beba, dejándoles a su aire para que cojan confianza.

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