Uno de los principales problemas de los autónomos es que cuando no pueden trabajar por algún motivo, sus ingresos se resienten llegando incluso a desparecer en el caso de que no puedan contratar a nadie para realizar su trabajo, ya sea por el desembolso que supone ya sea porque su trabajo no es transferible.
Uno de los motivos por los que se puede dejar de trabajar es por salud. Si un autónomo se enferma y no puede trabajar, sus ingresos se verán muy reducidos ya que lo que cobrarán será lo mínimo. Si además se trata de un proceso que necesita de la visita a diferentes profesionales o de una intervención para la que hay lista de espera, el problema puede llegar a ser realmente grave.
Para tratar de evitar esto, se recomienda Contratar salud autonomos. Un seguro de salud que ayude a acelerar todos estos pasos y a que la baja sea lo más corta posible, para poder volver a trabajar rápidamente. Además, en muchos casos la prisa no es solo porque se esté perdiendo dinero, pueden perderse clientes lo que es bastante más problemático.
Otro de los motivos por los que se puede dejar de hacer caja es porque haya una caída de la demanda ocasionada por múltiples causas. Por ejemplo, si se trataba en exterior y hay una etapa de lluvias más larga de lo habitual, los ingresos pueden resentirse bastante. En estos casos, una forma de poner un parche puede ser contando con dos instrumentos financieros importantes, uno de ellos es la línea de crédito.
Las líneas de crédito son algo así como tarjetas de crédito pero con un interés mucho más bajo. El banco proporciona un crédito que, generalmente, se usa para comprar el material antes de hacer un trabajo y que se repone cuando se cobra la minuta. Pero que también es perfectamente válido para meses en los que los ingresos bajan por algún motivo puntual y sabemos que ese trabajo va a recuperarse.
El segundo instrumento financiero son las cuentas de ahorro o de pensiones recuperables. Se trata de cuentas en las que se puede depositar dinero todos los meses de cara a una futura pensión o para ir ahorrando, pero que permita retirar una parte del dinero para casos en los que, por el motivo que sea, no se está trabajando y no se cuenta con una recuperación a muy corto plazo.