La huella de carbono se presenta como uno de los grandes desafíos de nuestra era, resultado de siglos de contaminación sin control. Para reducirla, la población consumidora dispone de medidas simples pero efectivas: moderar el uso de electrodomésticos, de sistemas de climatización, etcétera. No obstante, sorprende que las apps para aparcar no suelan citarse como herramientas útiles para lograr este objetivo.
Para reservar parking en Malaga centro u otras urbes, cada vez son más los conductores que decide utilizar apps por razones de sostenibilidad. El tráfico rodado es una de las principales fuentes de emisión de CO2. Este gas tóxico —responsable del efecto invernadero junto con el H2O, el N2O, el CH4 y el O3— se dispara cuando los vehículos se concentran y circulan a baja velocidad, como sucede al buscar un estacionamiento libre.
En este punto, el sector de las apps ha atraído consigo un beneficio inesperado para el medio ambiente. Wazypark, Parkopedia y otras aplicaciones permiten buscar, encontrar y reservar plazas de estacionamiento a distancia. Gracias a ellas, los conductores, al reservar anticipadamente desde su teléfono móvil, logran acortar sus desplazamientos viales y limitar el tiempo que permanecen al volante.
Un cambio insignificante en los hábitos de conducción puede repercutir de manera drástica en el entorno. Las apps destinadas a reservar aparcamiento son una demostración clara, pues disminuyen el número de vehículos y ciclomotores en marcha, minimizan los embotellamientos de tráfico y mejoran la calidad del aire.
A la luz de estos hechos, fomentar la gestión de plazas de aparcamiento a través de apps y programas similares es una medida lógica, eficaz para reducir la huella de carbono en el transporte urbano. Las nuevas tecnologías aumentan asimismo la seguridad al volante. Diversos estudios sugieren que una porción de los siniestros de tráfico se producen en parkings o durante las maniobras de estacionamiento.