Moaña se ha convertido en uno de los destinos turísticos más solicitados durante el verano. Pero también en lugar de segunda residencia para mucha gente que vive en Vigo o en Pontevedra. Las razones para elegir Moaña son muy numerosas, pero vamos a tratar de exponer las más importantes. No obstante, muchas personas tendrán sus propias y poderosas razones para adorar Moaña.
Para empezar, Moaña queda muy cerca de Vigo y también de Pontevedra. Esto hace que sea muy fácil disfrutar de esa segunda vivienda no solo durante el verano, sino también los fines de semana, puentes y prácticamente en cualquier momento. De hecho, gente que vive y trabaja en Vigo se va durante todos los meses de verano a Moaña porque está muy bien comunicada, incluso por barco, y pueden ir a trabajar todos los días y disfrutar de las tardes en alguna de las preciosas playas cerca de moaña o en su finca particular.
Precisamente las playas son uno de los motivos por el que mucha gente escoge Moaña como lugar de residencia. Contrariamente a lo que sucede en otros lugares, en Moaña hay playas muy bonitas y casi vírgenes. Calas encantadoras a las que ir caminando y en las cuales no se van a encontrar chiringuitos, pero tampoco aglomeraciones ni otros de los problemas que hay en algunos de los arenales más famosos de las Rías Baixas. Algunas calas obligan a dar un paseo para poder llegar a ellas, lo que disuade a los que van a la playa con todo un equipo de sillas y neveras o con niños pequeños.
Otro de los motivos por los que Moaña tiene tanta aceptación es porque muchas de las personas que viven en Vigo o en Pontevedra proceden en sus orígenes de la Península do Morrazo. Tal vez sus padres ya no vivieran allí, pero sí sus abuelos y tienen asociados a esa zona muchos de los mejores recuerdos de su infancia. Incluso en algunos casos han heredado la vieja casa de aldea de los abuelos y la están rehabilitando, convirtiéndola en una casa con todas las comodidades de las viviendas modernas. Estas casas tienen la ventaja de tener una situación generalmente envidiable y de resultar mucho más económicas al tener tan solo que arreglar y no construir desde cero, sin tener que pagar además por un terreno que ya se posee.