En la confección de coronas de flores comunión para niñas, el lirio blanco es una elección usual. Por su carga simbólica y la fuerza de la tradición, esta planta de la familia de las Liliáceas recibe un uso generalizado en estas ceremonias religiosas.
Las coronas florales gozan de popularidad en fiestas de primera comunión. Juntamente con las margaritas y las rosas blancas, los lirios son la flor más representativa de este tocado, estando igualmente presente en la decoración de iglesias y áreas de recepción.
Esta preferencia se justifica en un simbolismo religioso, que recoge el testigo de valores que ya se atribuían a esta flor en tiempos remotos. En un sentido estricto, los lirios expresaría la pureza y sinceridad del testimonio de fe de los comulgantes.
Incluso fuera del contexto de las comuniones, los lirios blancos están cargados de valores de pureza y de virginidad. En el poema bíblico Cantar de los Cantares de Salomón se establecen símiles con esta flor, cuya blancura se hace eco de los significados que se atribuyen a este color, inseparable también de bautizos y ceremonias nupciales.
Las coronas de lirios también transmiten valores como la inocencia, muy importante en el sacramento de la Eucaristía. Su combinación con lirios amarillos y rosas permite agregar matices como la gratitud, la alegría o el amor.
Más allá del lirio blanco, este ornamento se decora asimismo con margaritas, flor que simboliza la inocencia, la sinceridad, la lealtad y la pureza. Es lógico que posea estos valores, al compartir el blanco del lirio, sin mencionar el tono amarillo del estambre o centro de la margarita, considerado el color de la felicidad.
Otro elemento floral que suele incluirse en coronas y tocados de primera comunión es el clavel blanco, cuyo simbolismo tampoco se aparta demasiado del atribuido a los lirios.