Todo el mundo odia las salas de espera, ¿no? Ya el nombre no promete mucho: es una sala en la que se espera y generalmente no son cosas buenas. No se llama sala de espera al comedor donde te van a servir una comida muy rica. En la sala de espera, esperas que alguien te meta la mano la boca, esperas que alguien te haga una prueba o esperas el resultado de una prueba. En los últimos tiempos yo paso buena parte de mi tiempo en salas de espera, así que no me queda otra opción que acostumbrarme.
Todo empezó con una prueba de deteccion precoz cancer colon. Ya voy teniendo una edad y desde hace un tiempo mi comunidad anuncia un tipo de prueba de detección que se puede hacer en casa y que podría ayudar a detectar de formar anticipada una de las enfermedades más agresivas: el cáncer de colon. Ya sabemos cuál es el problema de la mayoría de cánceres: son silenciosos y cuando los detectas a menudo es tarde. Por eso, esta prueba es una gran noticia.
Pero en mi caso me ha traído problemas ya que salieron algunos datos en la primera prueba que me han llevado a hacer bastantes análisis. De momento la cosa no está muy clara. Yo no me siento mal, pero, desgraciadamente, con una enfermedad como esta, el diagnóstico es un poco más complicado que “no me siento mal del todo”.
Así que aquí estoy esperando en la sala por los resultados de una prueba extra a la detección precoz cancer colon. Estoy bastante tranquilo porque entiendo que si hubiera algo grave no me tendrían tanto tiempo aquí esperando, ¿no? De todas maneras, yo ya soy un experto así que no vengo de vacío a los hospitales: me traigo mi libro y mis auriculares. Prefiero eso a estar moviendo el dedito por la pantalla del móvil de lado a lado sin sentido. Tengo un plan de ocio organizado hasta que a alguien le dé por decir mi nombre y pase definitivamente a recibir las noticias sobre la prueba. Y espero que las salas de espera descansen en mi vida una temporada.