Los mejillones son un alimento que no apreciamos en toda su valía tal vez porque se trata de un producto muy barato. Su sabor intenso y las múltiples formas de prepararlos hacen que sea imprescindible en muchas mesas cuando llega el verano. Pero ¿estamos ante un alimento tan saludable como nos lo presentan?
Si se echa un vistazo al valor nutricional de los mejillones es fácil apreciar que estamos ante un alimento muy recomendable para todos aquellos que quieren perder peso. 100 gramos de producto aportan tan solo 86 calorías, pero también 10 gramos de proteínas, 2 gramos de grasas, 2.3 gramos de hidratos de carbono y, una de las cosas más importantes para quienes están a dieta, 0 de índice glucémico. Para entendernos, cuánto más alto es el índice glucémico de un alimento, más sube este índice que, a las pocas horas caerá en picado causando los temidos ataques de hambre.
Los mejillones tienen, además, Vitamina A, Vitamina C, Vitamina B12, fósforo, magnesio y altos valores de Omega 3, una de las más importantes grasas conocidas como grasas buenas. Es un alimento muy completo, que ayuda a la regeneración de las células y a la buena salud de músculos y tendones.
La preparación más saludable para los mejillones es cocinarlos al vapor. Es muy fácil, ya que solo hay que limpiarlos, ponerlos en una olla con una poca de agua que no tiene que llegar a cubrirlos y una hoja de laurel. El vapor de agua al calentarse hará que los mejillones se abran y estén listos para servirse a la mesa. Se pueden tomar solos, con un poco de limón o con una vinagreta con cebolla. En cualquier caso, son deliciosos y muy saludables.
Para días especiales se puede optar por los mejillones rebozados con bechamel, un bocado delicioso que es ideal para aprovechar esos mejillones más pequeños o cuya carne está un poco rota y que no tienen la mejor presentación para poner en la mesa al vapor.
Por supuesto, los mejillones también pueden ser parte de diferentes platos, como un arroz a la marinera, unos spaguetti frutti di mare o una deliciosa ensaladilla de verano. Alegran cualquier plato en el que se añadan y combinan perfectamente con otros pescados para formar parte de diferentes salsas. Como se puede ver, un marisco que es barato, pero que no tiene nada que envidiar al resto ni por sabor ni por propiedades.